Sobre las dos y media del medio día, la cocina se encuentra llena de cazuelas, platos con comida… y huele a comida.
Comienza a sonar el timbre, son los abuelos, tíos y primos que vienen a comer. Todos me dan un beso y algunos me tiran de las orejas, me dan regalos.
Nos ponemos a comer y por último mi madre coloca la tarta sobre la mesa, con las velas encendidas; todos me cantan el cumpleaños feliz; yo apago las velas junto a mis primos pequeños. Todos se quedan alrededor de la mesa, sin prisa, hablando durante bastante tiempo. Mientras, mi madre recoge la mesa.
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