El Sábado día 20, después de comer, me fui al río de mi pueblo, se llama Trabancos.
Dimos un paseo por lo que llaman las vegas, que es una zona donde se dedicaban a sembrar los huertos, pero que actualmente están abandonados, porque no les siembra nadie.
En la orilla del río hay distintos árboles muy altos, algunos de ellos son : negrillos, chopos y álamos; no tienen hojas porque son de hoja caduca, pero como ya viene la primavera, están a punto de echar las hojas. Los negrillos tienen una enfermedad de unos hongos, estos no les permiten que broten las hojas aunque alguna sale.
Vimos pozos, son peligrosos porque no están tapados correctamente, ahora están abandonados como los huertos. En uno de ellos había una noria y mis padres me
explicaron como funcionaban antiguamente.
Más adelante, río arriba, hay una pequeña presa que sirve para regar un prado que está al lado del río y en el otro lado, nos encontramos con tierras de labor, que están sembradas de trigo y de cebada.
Durante el paseo cruzamos el río varias veces de un lado a otro, por los sitios mas estrechos, y mi prima Carlota al saltar se cayó y se mojó las zapatillas y los pantalones.
Todas las veces que he ido al río estaba seco y comparado con este año, que estaba lleno de agua, me ha parecido que el pueblo está más natural.
El paseo que dí con mis tíos, mi prima, mi hermana y mis padres, fue una gran experiencia muy divertida e interesante y, seguramente, lo repetiré mas de una vez.
Dimos un paseo por lo que llaman las vegas, que es una zona donde se dedicaban a sembrar los huertos, pero que actualmente están abandonados, porque no les siembra nadie.
En la orilla del río hay distintos árboles muy altos, algunos de ellos son : negrillos, chopos y álamos; no tienen hojas porque son de hoja caduca, pero como ya viene la primavera, están a punto de echar las hojas. Los negrillos tienen una enfermedad de unos hongos, estos no les permiten que broten las hojas aunque alguna sale.
Vimos pozos, son peligrosos porque no están tapados correctamente, ahora están abandonados como los huertos. En uno de ellos había una noria y mis padres me
explicaron como funcionaban antiguamente.
Más adelante, río arriba, hay una pequeña presa que sirve para regar un prado que está al lado del río y en el otro lado, nos encontramos con tierras de labor, que están sembradas de trigo y de cebada.
Durante el paseo cruzamos el río varias veces de un lado a otro, por los sitios mas estrechos, y mi prima Carlota al saltar se cayó y se mojó las zapatillas y los pantalones.
Todas las veces que he ido al río estaba seco y comparado con este año, que estaba lleno de agua, me ha parecido que el pueblo está más natural.
El paseo que dí con mis tíos, mi prima, mi hermana y mis padres, fue una gran experiencia muy divertida e interesante y, seguramente, lo repetiré mas de una vez.
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