En un castillo terrenal, una noche especial en la que el huerto fue sembrado, y antes de que la princesa Paula fuese a observarlo, con un lindo arbusto se encontró.
-Buenas noches pequeñaja.
-Lo soy - dijo el arbusto.
-Bello y triste - Dijo él.
-¿Porqué estás triste?
-Por que ningún arbusto quiere jugar conmigo.
-Espera voy al huerto, a recoger las verduras. Ahora vengo a hablar con tus enemigos.
-Vale, te espero.
Al ir la niña al huerto se encontró con un enemigo y le preguntó - ¿Porqué no quieres jugar con el arbusto que esta allí al fondo?
-Por que nos hace burla y habla mal de nosotros.
-Perdonalo, o sino te hecho de mi jardín.
-Vale, pero ¿dónde está?
-Persigueme, que te llevo con él.
-Gracias. (LLegaron a donde estaba el otro árbol)
-Hola, siento no haberte hablado durante tanto tiempo, ¿me perdonas?
-Vale, yo también por no haberte dicho nada y haberme alejado de ti -dijo contento.
-Me voy a cenar - dijo Paula -hasta mañana.
Los arbustos fueron felices siempre y Paula todos los dias fui a verlos.
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